Cincuenta y siete soldados que estaban captivos por lugareños en las montañas de Colombia desde el fin de semana fueron liberados en una operación militar, dijo el ministro de defensa colombiano.
El ministro, Pedro Sánchez, afirmó que no se disparó ni un solo tiro en lo que llamó “Operación Justicia”.
Los soldados fueron secuestrados en la región del Cauca, un bastión del grupo rebelde EMC, que se dedica a la producción y tráfico de cocaína.
El señor Sánchez culpó al EMC por lo que describió como el “secuestro” de los soldados, diciendo que los lugareños que los capturaron recibieron órdenes de los rebeldes.
El ejército colombiano dijo que el incidente fue provocado por la arresto de un presunto rebelde del EMC el sábado.
Cuando los soldados se preparaban para trasladar al sospechoso en helicóptero, fueron rodeados por más de 100 personas.
Una segunda unidad militar fue capturada al día siguiente por un grupo aún más grande de lugareños, dijo el general Erick Rodríguez del ejército colombiano.
No era la primera vez que miembros de las fuerzas de seguridad eran detenidos por lugareños, pero el número de soldados era inusualmente alto.
En casos anteriores, los lugareños negociaron con grupos humanitarios y los soldados fueron liberados rápidamente.
Pero esta vez, quienes tenían a los 57 se negaron a hablar con intermediarios, lo que llevó al envío de tropas adicionales para liberar a los soldados.
Se desplegaron refuerzos fuertemente armados en la zona y arrestaron a 20 personas, dijo el ministro de defensa.
Según estimaciones militares, más del 90% de los habitantes de la zona dependen del cultivo de coca—la planta usada para hacer cocaína—para vivir.
Por eso, la presencia de soldados en la área suele verse como una amenaza directa.
La región también sufre por la presencia de varios grupos armados que extorsionan a campesinos, se dedican a la minería ilegal y al narcotráfico.