“Para arreglar nuestro orgullo nacional, la solución es obvia: el herpes.”
Esa fue la propuesta de la organización benéfica Fundación del Herpes de Nueva Zelanda en octubre pasado, cuando lanzó una campaña para hacer del país “el mejor lugar” para tener esta infección.
La campaña fue un éxito rotundo y ganó un premio importante en los premios Cannes Lions de este año, que reconocen la excelencia en la industria creativa.
La campaña, que buscaba desestigmatizar el herpes mediante un video falso de publicidad turística, recibió el Grand Prix for Good, una categoría que destaca el trabajo de organizaciones sin fines de lucro.
El video protagonizado por Sir Graham Henry, exentrenador del equipo nacional de rugby.
En él, habló de los éxitos pasados de Nueva Zelanda y lamentó la disminución de fuentes de orgullo nacional, como una relación “vergonzosamente baja” de ovejas por humano y pasteles que “cuestan casi siete dólares.”
“Necesitamos algo nuevo de lo que estar orgullosos; algo grande y valiente que nos vuelva a poner en el mapa,” dijo Henry mientras escribía “HERPES” en mayúsculas en una pizarra.
“Es hora de que Nueva Zelanda se convierta en el mejor lugar del mundo para tener herpes.”
Luego vino otro video de estilo antiguo presentado como un “curso para desestigmatizar el herpes”, con figuras como el exjefe de salud Sir Ashley Bloomfield y la boxeadora Mea Motu.
El humor irreverente de la campaña —creada con las agencias Motion Sickness y FINCH— conectó con el público.
“Olviden el pesimismo, ya hay suficiente de eso,” dijo David Ohana, jurado de Cannes Lions.
“El ganador del 2025 tomó un tema tabú y lo dio vuelta, mostrando que con una gran estrategia, una idea loca y audaz… y mucho humor, todo es posible.”
Según la Fundación, uno de cada tres adultos sexualmente activos en Nueva Zelanda tiene el virus del herpes genital, aunque la mayoría tiene síntomas leves o nulos y lleva una vida normal.
“Los medios, la desinformación y la incomodidad de los neozelandeses al hablar de sexo han generado un gran estigma para quienes viven con el virus,” decía un comunicado de prensa.
Alaina Luxmoore, de la Fundación, dijo al programa Breakfast que millones vieron la campaña, que tuvo “un impacto enorme.”
“La campaña fue tan graciosa que por eso funcionó,” dijo Luxmoore.
