Arran, la organización juvenil vinculada a la izquierda independentista catalana, ha vuelto a actuar en las Islas Baleares, esta vez dirigiendo su atención hacia los alquileres turísticos vacacionales. El grupo ha identificado estos alquileres como “uno de los principales responsables de los problemas de acceso a la vivienda en Mallorca”.
Un vídeo difundido en redes sociales muestra a un individuo encapuchado rompiendo dos cerraduras numéricas en viviendas vacacionales, presuntamente en Palma. El mensaje que acompaña critica la situación de la vivienda: “La vivienda se ha convertido en una mercancía de mercado pese a ser un derecho básico que debería ser gratuito y universal. Mientras los jóvenes no pueden emanciparse, otros se enriquecen a costa de nuestra precariedad”.
No es la primera vez que Arran denuncia el impacto del turismo en las islas. En verano de 2017, durante una protesta contra los excesos del turismo, varios miembros entraron en un restaurante de la zona del Moll Vell en Palma y lanzaron confeti en el interior. Once jóvenes enfrentaron procedimientos judiciales por el incidente.
Conocidos por sus protestas con grafitis, Arran también ha recurrido a acciones más directas. El grupo ha destrozado coches de alquiler con martillos como parte de su campaña contra el turismo masivo y sus efectos en las comunidades locales.