La policía española detiene a otro sicario vinculado a la infame banda latinoamericana Tren de Aragua, conocida por su violencia mortal.
El sospechoso, de nacionalidad venezolana, fue capturado tras una Notificación Roja de Interpol por su presunta participación en un asesinato en Perú en 2020. Actualmente en espera de extradición, se le acusa de matar a un miembro de una banda rival para controlar una red de prostitución forzada en Lima.
Tren de Aragua, originaria de Venezuela, ha ganado notoriedad por su implicación en asesinatos, extorsión, tráfico de armas y drogas, y trata de personas en América Latina y más allá.
El auge de la banda está ligado a la migración masiva de venezolanos que huyen del régimen de Nicolás Maduro, con más de 7.7 millones de desplazados según cifras de ACNUR en 2023. Se expandió primero a Estados Unidos, donde emergió a principios de la década de 2020, y fue declarada organización terrorista por EE.UU. en febrero de 2025.
Su modus operandi consiste en infiltrarse en un nuevo país y desplazar a grupos criminales locales, táctica confirmada por policías de los países más afectados.
En España, la detención refleja la preocupación por la presencia del grupo y su alcance, lo que ha llevado a las autoridades a crear una unidad policial especializada.
Esta unidad colabora internacionalmente con grupos especializados, como el GRECCO de Perú, para combatir estas amenazas.
La reputación de violencia extrema de Tren de Aragua ha estigmatizado a los migrantes venezolanos en general, a pesar de estudios como un informe de Brookings en 2022 que sugiere que cometen menos crímenes que los locales en partes de América Latina.
La detención sigue a una redada contra una violenta pandilla salvadoreña en abril pasado, que también se había expandido a España.
Mara Salvatrucha, o MS-13, sufrió un duro golpe cuando la Policía Nacional arrestó a 27 miembros que buscaban comprar armas y habían pactado un asesinato.
La administración de Donald Trump también clasificó al grupo como organización terrorista, y el FBI apoyó a las autoridades españolas. Dieciocho detenciones fueron en Madrid.
Los detenidos, de entre 20 y 30 años, incluían cinco españoles, entre ellos una mujer. El resto provenía de Centro y Sudamérica, con 10 de El Salvador.
Nueve de los detenidos están en prisión, acusados de homicidio, lesiones, robo con violencia y delitos contra la salud pública.
Dos células de MS-13 operaban en Madrid y Barcelona, con contactos en otras partes de España y Europa.
La investigación, iniciada hace casi dos años con más de 200 agentes, buscaba frenar el fortalecimiento del grupo.
El comisario Vicente Martínez declaró: "Mara Salvatrucha es un fenómeno muy violento que desestabiliza la seguridad nacional."
Destacó que las detenciones permitieron cortar el problema de raíz, ya que el grupo aún estaba en una fase "primitiva".
La rama madrileña traficaba drogas en pequeñas cantidades y reclutaba miembros, manteniendo contactos con EE.UU. y Centroamérica.
Martínez reveló que interceptaron una videollamada en febrero de 2024 con planes de expansión en Madrid y Barcelona, incluyendo consejos organizativos y castigos para quienes no obedecían.
La policía actuó a fines de marzo, impidiendo el asesinato planeado.
