En el centro de la investigación se encuentra una bombona de butano hallada dentro del local — con su manguera de goma cortada.
Bombona incautada mientras investigan posible sabotaje
El pánico se apoderó de las calles de Lo Pagán el pasado jueves cuando una potente explosión arrasó el popular bar Casa Javi, dejando 17 heridos — tres de ellos graves. La deflagración, que sacudió el pueblo poco después del mediodía, ocurrió en el transitado cruce de la Avenida Salzillo y la Calle Torres Fontes, justo al lado del bullicioso mercadillo semanal. Los vecinos describieron el caos como “una zona de guerra”.
La clave de la investigación radica en una bombona de gas butano encontrada en el interior del establecimiento — con la manguera de goma seccionada. Ese único detalle ha transformado la investigación de un trágico accidente a un posible acto de sabotaje. La Unidad de Investigación de Incendios de la Guardia Civil, desplazada desde Valencia, confiscó inmediatamente la bombona para su análisis forense. Aunque la fuga de gas sigue siendo la principal hipótesis, la posibilidad de manipulación intencionada mantiene en alerta a los investigadores.
La explosión proyectó cristales y escombros a la calle, sorprendiendo a decenas de personas durante la hora punta del almuerzo. El Casa Javi, un local muy frecuentado, estaba abierto momentos antes del estallido — su terraza y interior llenos de clientes habituales y visitantes del mercadillo.
Tres personas permanecen hospitalizadas. El dueño del bar está en la unidad de quemados del Hospital La Arrixaca en Murcia, mientras que otra víctima, que ingresó en estado crítico, se encuentra ahora en cuidados intensivos tras una cirugía de urgencia. Un tercero, ingresado en el Hospital Los Arcos del Mar Menor, evoluciona favorablemente. Otros catorce heridos, la mayoría con cortes por cristalazos y quemaduras superficiales, fueron tratados y dados de alta.
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Testigos relataron escenas de caos y valentía. “Si hubiera ocurrido otro día, habría menos heridos”, comentó un vecino que regresaba a casa cuando estalló. “Parecía una bomba. Nunca he visto nada igual.”
Los servicios de emergencia saturaron la zona en minutos. Los bomberos acordonaron el área y los forenses llevan escrudiñando los escombros desde el viernes, reconstruyendo cómo — y por qué — ocurrió la explosión. La onda expansiva reventó cristales, deformó puertas e incluso dañó vehículos cercanos.
El Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar ha habilitado puntos de información para asistir a las víctimas. Las autoridades coordinan ayudas para heridos, propietarios con daños estructurales y comerciantes que perdieron mercancía. También se ha contactado con dueños de vehículos afectados para iniciar reclamaciones.
El bar Casa Javi acumula historial de denuncias e incidentes. La policía local había registrado quejas por ruidos y peleas. Días antes, el 11 de junio, los bomberos extinguieron un incendio en el local que entonces afectó a viviendas superiores. Afortunadamente, los pisos de arriba estaban vacíos durante la explosión, al ser segundas residencias.
El suceso marca uno de los incidentes más graves en la reciente historia de Lo Pagán, tranquilo destino costero más conocido por sus baños de lodo que por escenas criminales. Con crecientes sospechas y pericias en marcha, los vecinos aguardan respuestas, preguntándose si la explosión fue realmente accidental.