El ámbito de la salud está lleno de innovación, desde diagnósticos con IA hasta cirugías asistidas por robots. Sin embargo, la adopción de estos avances en la práctica clínica diaria suele rezagarse. Esta desconexión es especialmente evidente en la robótica quirúrgica, particularmente en procedimientos endovasculares.
Este retraso preocupante entre innovación y adopción es dolorosamente visible en cirugía endovascular, donde la robótica podría mejorar la seguridad, precisión y resultados. Aún así, tecnologías probadas y aprobadas siguen siendo subutilizadas en la práctica clínica cotidiana.
Una brecha entre promesa y realidad
En la última década, la robótica quirúrgica ha avanzado significativamente. Estas tecnologías ofrecen mayor precisión, menores tasas de complicaciones y reducen significativamente la fatiga de los médicos. Hemos visto cómo los sistemas robóticos pueden disminuir el riesgo de complicaciones graves, como perforaciones cardiacas, al mismo tiempo que reducen drásticamente la exposición a radiación tanto para pacientes como para equipos médicos.
Y, sin embargo, más del 99% de las ablaciones cardiacas para arritmias aún se realizan de manera manual, a pesar de la evidencia contundente de que la navegación robótica brinda mayor estabilidad, permite una formación más consistente de lesiones y ofrece ventajas ergonómicas para los operadores.
Barreras sistémicas para la adopción
Históricamente, altas barreras de entrada frenaron la integración de la robótica en electrofisiología. Los hospitales enfrentaban largos tiempos de instalación, costosas remodelaciones de infraestructura y el desafío de reentrenar al personal especializado. Incluso para instituciones entusiasmadas por su potencial, la fricción operativa dificultaba el camino.
Afortunadamente, mucho ha cambido. Los sistemas modernos son más fáciles de instalar, se integran mejor en los flujos de trabajo existentes y son más intuitivos. La curva de aprendizaje se ha reducido, pero persisten percepciones obsoletas. Los tomadores de decisiones aún suponen que las plataformas robóticas son costosas, disruptivas o demasiado especializadas, incluso cuando la realidad es otra.
El costo oculto del retraso
Cuando la adopción se estanca, los pacientes sufren. Las ablaciones manuales suelen requerir tiempos de fluoroscopía más largos, aumentando la dosis acumulativa de radiación. Los médicos también enfrentan riesgos laborales evitables. Los hospitales pierden oportunidades de mejorar resultados, optimizar la atención y destacarse en un mercado competitivo.
Estos costos ocultos son menos visibles que las inversiones de capital, pero igual de importantes.
La oportunidad que tenemos
Estamos en un punto de inflexión. A medida que los sistemas robóticos se vuelven más accesibles y los sistemas de salud reconocen su valor, el equilibrio entre innovación y adopción comienza a cambiar. Pero para aprovechar plenamente esta tecnología, no basta con herramientas capaces. Se necesita determinación institucional para desafiar suposiciones anticuadas y alinear el potencial de la innovación con las operaciones clínicas.
La robótica ya ha revolucionado campos como la ortopedia y la cirugía laparoscópica. La atención endovascular merece el mismo avance. La tecnología existe, la evidencia es sólida. El desafío ahora es la adopción.
Cerrar la brecha entre innovación y adopción requerirá colaboración entre la industria, los clínicos y los líderes de sistemas de salud, pero los beneficios para la atención al paciente lo convierten en una prioridad que vale la pena perseguir.
Foto: PhonlamaiPhoto, Getty Images
David Fischel ha sido CEO y Presidente de la Junta Directiva de Stereotaxis desde febrero de 2017, después de participar como Director y liderar la inversión de capital e iniciativas estratégicas anunciadas en septiembre de 2016. Anteriormente, fue Principal y gestor de inversiones en dispositivos médicos en DAFNA Capital Management, donde trabajó por más de ocho años. Además de investigar, participó activamente en operaciones legales, contables, de TI, cumplimiento, recursos humanos y marketing. Antes de unirse a DAFNA, fue analista en SCP Vitalife, un fondo de capital de riesgo en salud. David se graduó magna cum laude en Matemáticas Aplicadas con minor en Contabilidad en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), y obtuvo su MBA en la Universidad Bar-Ilan (Tel Aviv).
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