El evento tuvo lugar en Jávea. Crédito: Oceanogràfic Valencia
Nada representa mejor la Marina Alta que el erizo de mar. En Jávea, se les conoce por su nombre local: bogamarins. Ahora, hay un rayo de esperanza para esta especie sobreexplotada, que ha sufrido un largo y preocupante declive. El lunes 16 de junio, la conselleria de agricultura, a través de la Dirección General de Pesca y en colaboración con la Fundación Oceanogràfic, dio luz verde a un proyecto piloto centrado en la reproducción, cría y reintroducción de erizos de mar en la costa de la Comunidad Valenciana, con el objetivo de recuperar y fortalecer sus poblaciones.
El evento se llevó a cabo en Jávea, donde el conseller de agricultura, Miguel Barrachina, declaró: “Iniciativas como esta nos permiten avanzar en la recuperación de los erizos de mar en nuestra región, asegurando la sostenibilidad de nuestros ecosistemas costeros mientras trabajamos codo con codo tanto con el sector pesquero como con la comunidad científica.”
Barrachina hizo estas declaraciones durante una visita al Puerto de Jávea, donde participó en la suelta de 321 erizos de mar y nueve caballitos de mar, junto al director de pesca, Miguel Castell; la alcaldesa del municipio, Rosa Cardona; la directora de la Fundación Oceanogràfic, Leocadia García-Bartual; y Rafael Serrat, responsable del gremio local de pescadores. El conseller también supervisó la liberación de una tortuga boba que había sido capturada accidentalmente por pescadores y posteriormente rehabilitada en las instalaciones del Oceanogràfic.
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Esta es una iniciativa piloto respaldada por los gremios de pescadores de Jávea y Denia, quienes han mostrado interés en colaborar durante las fases de crecimiento y eventual liberación de estos organismos marinos, contribuyendo así a la conservación y recuperación de la especie.
Un largo viaje biológico
Los reproductores adultos se recogen en las mismas zonas donde luego serán liberados. Durante las primeras etapas de desarrollo, las larvas se crían en tanques y se alimentan con microalgas cultivadas en el Oceanogràfic de Valencia. A medida que crecen, las larvas se hunden al fondo del tanque y comienzan su metamorfosis. Cuando alcanzan el tamaño adecuado, los jóvenes erizos están listos para volver al mar.
Barrachina subrayó que “el compromiso y la colaboración del sector pesquero son esenciales para rescatar la fauna marina y garantizar que los ejemplares lleguen al centro de recuperación del Oceanogràfic en Valencia de manera segura.”
El conseller también destacó el papel medioambiental clave de la pesca mediterránea, añadiendo: “La pesca no solo es un motor económico, turístico, cultural y culinario para nuestra región, sino también una herramienta vital para la protección de nuestro entorno marino. Solo el año pasado, los pescadores recogieron 150.000 toneladas de residuos, principalmente plásticos, contribuyendo directamente a la limpieza y protección del Mar Mediterráneo.”
Defensa del sector pesquero
Finalmente, Barrachina reafirmó su defensa del sector pesquero frente a decisiones de la Unión Europea y el gobierno español. “Las decisiones de Europa, respaldadas por el Ministerio, no han apoyado a nuestros pescadores. Es urgente implementar nuevas políticas que garanticen la sostenibilidad económica y social del sector,” afirmó.
“Estamos trabajando estrechamente con las comunidades afectadas y con el nuevo Comisario Europeo de Pesca y Océanos, Costas Kadis, para modificar la regulación de la Política Pesquera del Mediterráneo y aumentar los días de pesca, asegurando así la viabilidad del sector,” concluyó.
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