Tecnología Dual para China y Occidente: una nueva ingenuidad comercial

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Volvo Cars desarrollará distintas tecnologías para productos ofrecidos a clientes chinos y occidentales, ya que el comercio se vuelve más fragmentado, declaró el CEO Håkan Samuelsson el lunes.

“Nuestro objetivo ahora es contar con dos versiones de software y componentes de silicio, la computadora del vehículo”, señaló en una entrevista con Euronews durante el Simposio EVS38 en Gotemburgo, Suecia.

“Necesitamos una interpretación occidental y otra china. Es algo con lo que debemos manejarnos y adaptarnos”.

Desde su fundación en 1927, Volvo Cars tiene sede en Gotemburgo, aunque desde 2010 pertenece al Grupo Geely de China.

Si no se realizan esfuerzos para adaptar los productos a distintos mercados, la I+D china de la empresa podría dificultar las exportaciones a EE. UU., especialmente ante el escrutinio de Washington para distanciarse de la tecnología china.

En enero, la administración Biden implementó una norma que prohíbe vehículos inteligentes de China y Rusia por temor a posibles filtraciones de datos. Algunos expertos advirtieron que estos coches podrían ser usados por gobiernos extranjeros para interferir en la red eléctrica o infraestructura crítica estadounidense.

“No vemos riesgo alguno… No usaremos tecnología china en EE. UU. Eso no ocurrirá”, afirmó Samuelsson.

Un enfoque en China y Estados Unidos

En su informe de resultados del primer trimestre, Volvo Cars reportó una caída en ganancias, atribuida en parte a la “turbulencia actual en la economía global”.

Los nuevos aranceles del 25% en EE. UU. para autos y piezas extranjeras están afectando a la compañía, reduciendo la demanda y elevando costos de importación.

En el informe, Volvo anunció un plan estratégico para mejorar rentabilidad, “enfocándose en los mercados de EE. UU. y China como prioridades”.

Samuelsson destacó la necesidad de adaptarse al mercado chino:

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“Debemos escuchar más a la masa local y ajustarnos a sus hábitos, quizás desarrollando modelos exclusivos para China”.

Mencionó el nuevo XC70, un híbrido enchufable lanzado recientemente en China para competir con marcas como BYD.

En el primer trimestre, las ventas minoristas de Volvo en China cayeron un 12%, con vehículos eléctricos e híbridos representando el 10%. En EE. UU., las ventas aumentaron un 8%, posiblemente por el efecto de aranceles previos, con eléctricos e híbridos alcanzando el 28%.

Restricciones tecnológicas en Europa

A pesar de su enfoque en EE. UU. y China, Volvo aún depende del mercado europeo, que absorvió gran parte de sus ventas totales en 2024 y el primer trimestre de 2025.

Algunos vehículos se fabrican en Bélgica y Suecia, mientras otros se producen en China y se exportan a Europa. Esto expone a Volvo a los aranceles de la UE, impuestos el año pasado por supuestos subsidios injustos de China.

“Los aranceles no harán más competitiva a la industria europea a largo plazo”, criticó Samuelsson. “Deberíamos apostar por comercio libre… pero, siendo realistas, avanzamos hacia un mundo más regional”.

Un nuevo plan de la Comisión Europea sugiere que fabricantes chinos en la UE podrían verse obligados a formar joint ventures con empresas europeas o licenciar su tecnología.

Al preguntarle sobre el impacto en Volvo por su vínculo con Geely, Samuelsson aseguró que la compañía no se verá afectada, destacando que gran parte de su desarrollo sigue realizándose en Europa.

“No hay problema con la tecnología china en nuestros autos… El software es mayormente adaptado y desarrollado por Volvo”, concluyó.

(Etiquetas: Volvo, Tensiones EE. UU.-China, Semiconductores, Aranceles)