Thomas Hüser no sirvió a su país con uniforme y arma en los años 90, sino que eligió trabajar como asistente de ancianos durante un año, como permitía la ley alemana sobre el servicio militar alternativo.
Sin embargo, desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, este hombre de 54 años reconsideró su postura moral sobre el uso de armas.
"Ante amenazas globales, servir en el ejército es una cuestión de solidaridad. Solo un ejército fuerte puede protegernos", dijo Hüser, experto en comunicación y gerente de una fundición de zinc en Baja Sajonia.
Retiró su objeción de conciencia y se declaró dispuesto a unirse a la Bundeswehr (ejército alemán) si puede ser útil.
Ahora espera respuesta sobre si y cuándo será llamado a entrenamiento. "Estoy muy emocionado", comenta.
Y no está solo: según datos oficiales, las revocaciones de objeción de conciencia han aumentado en los últimos tres años. En 2022 fueron 487; en 2023, 536; y hasta abril de este año, 311.
Oportunidades en seguridad nacional
Ulrich Fonrobert, portavoz del mando regional de la Bundeswehr, celebra esta tendencia.
"Hay oportunidades, especialmente en los regimientos de defensa nacional", explica. Aunque integrarse como reservista requiere tiempo: chequeos médicos, autorizaciones de seguridad y dos entrenamientos de 14 días.
Para alguien como Hüser, de mediana edad, podría ser un reto físico. Por ejemplo, el Regimiento de Defensa 2 en Münster prefiere reclutas más jovenes por las exigencias de la infantería.
Pero Fonrobert destaca el valor simbólico: "Son ejemplos para otros, a menudo más jovenes".
Hüser recibió apoyo de su equipo y su empresa en Suiza: "Si debo ausentarme meses para entrenar, puedo hacerlo".
Otro ex objetor, Henner Pasch (44), dueño de una empresa de TI, también se ofreció.
"Hemos sido frágiles en crisis, como mostró la pandemia", dijo. "Si nos atacan, usaré mi experiencia y mis 11,000 contactos para organizar la defensa en Bergisch".
Ambos enfatizan que no son fanáticos de las armas.
"Nunca disparé un arma real", admitió Pasch. "Pero si atacan nuestra democracia, no podemos ignorarlo".
Thomas Hüser, 54, se unirá al ejército 30 años después de rechazar las armas.