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La inflación en Estados Unidos repuntó ligeramente el mes pasado debido al alza en los costos de alimentos, aunque la inflación general se mantuvo mayormente estable.
Los precios al consumidor aumentaron un 2,4% en mayo en comparación con el año anterior, según un informe del Departamento de Trabajo publicado el miércoles. Esta cifra supera el incremento anual del 2,3% registrado en abril.
Excluyendo las categorías volátiles de alimentos y energía, los precios núcleo subieron un 2,8% por tercer mes consecutivo. Los economistas monitorean de cerca estos precios, ya que suelen ofrecer una mejor perspectiva sobre la tendencia inflacionaria.
Los datos indican que la inflación sigue obstinadamente por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal, reduciendo la probabilidad de que el banco central recorte su tasa de interés clave a corto plazo. Trump ha presionado reiteradamente al banco central para que abarate los créditos.
Ante el riesgo de alzas de precios en los próximos meses, Jerome Powell, presidente de la Fed, junto a otros funcionarios, ha señalado que mantendrá su tasa clave sin cambios hasta tener mayor claridad sobre el impacto de los aranceles en la economía.
La semana pasada, la Oficina de Estadísticas Laborales —encargada de compilar los datos inflacionarios— anunció que reducirá la información recopilada para cada informe. Economistas han manifestado preocupación por el recorte, aunque se desconoce su magnitud. La mayoría coincide en que el efecto será menor, pero cualquier reducción en la recolección de datos podría aumentar la volatilidad de las cifras.
Se espera que los aranceles de Trump eleven los precios en los próximos meses al encarecer importaciones como ropa, muebles, electrodomésticos y posiblemente autos nuevos. Varios minoristas y empresas de bienes de consumo ya han anunciado o implementado subidas para cubrir estos costos.
No obstante, la inflación ha bajado en el último año y, sin contar los aranceles, los economistas creen que estaría cerca del objetivo de la Fed. Sin embargo, los precios núcleo han sido más persistentes, fluctuando entre el 3,2% y el 3,4% hasta febrero, cuando iniciaron un leve descenso.
El impacto total de los aranceles probablemente no se sentirá hasta el segundo semestre del año, a pesar de su vigencia parcial desde marzo. Existen varias razones por las que su efecto tarda en reflejarse en los precios minoristas:
- Muchas empresas adelantaron importaciones antes de la entrada en vigor de los aranceles, acumulando inventario no afectado y retrasando alzas.
- Durante el caos de abril y mayo, cuando Trump anunció aranceles extremos a casi 60 países —solo para posponerlos una semana después—, varias compañías congelaron precios. Además, el aumento al 145% en los aranceles a China casi paralizó el comercio con este socio clave.
Finalmente, en junio, EE.UU. y China acordaron tasas menores, reduciéndolas al 30% para importaciones chinas.
Muchas empresas optaron por no ajustar precios hasta tener claridad sobre el panorama arancelario definitivo.
(Etiquetas: Jerome Powell, Reserva Federal, Acuerdo comercial, Estados Unidos, INFLACIÓN, Aranceles)
