HBO anunció el lunes que seleccionó a nueve actores más para su serie de *Harry Potter*. Caras conocidas como Katherine Parkinson (Molly Weasley), Johnny Flynn (Lucius Malfoy) y Daniel Rigby (Vernon Dursley) se unen a los nuevos talentos Leo Earley, Alessia Leoni y Sienna Moosah. Bueno, que en paz descansen sus menciones en redes.
Ya hemos pasado por esto antes, y mucho. *Harry Potter* se ha convertido en un campo de batalla tan intenso que el patrón ya es demasiado familiar. Cuando anunciaron a John Lithgow como Dumbledore, él confesó que un amigo le envió un artículo titulado: *”Carta abierta a John Lithgow: Por favor, aléjate de Harry Potter”*.
Y eso es solo la punta del iceberg. Cuando nombraron a Nick Frost como el nuevo Hagrid—un papel que él dice haber *”manifestado”* escribiendo *”Hagrid”* 5,000 veces—tuvo que desactivar los comentarios en Instagram y luego dar una entrevista diciendo que sus opiniones *”no coinciden en absoluto”* con las de J.K. Rowling. Paapa Essiedu intentó adelantarse al firmar una petición para proteger a las personas trans, pero igual lo criticaron. Los tres actores trataron de manejar la polémica a su manera… y aun así recibieron ataques.
Pero esta es la realidad. Hace unos años, ser parte de *Harry Potter* solo significaba ganar mucho dinero por años. Ahora, en 2025, ser actor en esta serie es también una declaración política, les guste o no.
Por eso, el anuncio del nuevo elenco fue recibido con cansancio en redes. Parkinson, en particular, ha sido atacada sin parar, ya que su rol más famoso fue en *The IT Crowd*, creada por Graham Linehan, quien comparte las opiniones de Rowling sobre género.
Seguro Parkinson no revisa si cada guionista con el que trabaja es transfóbico. Pero ahora ella, y todos los involucrados en *Harry Potter*, están obligados a tomar partido. En resumen: todo es un lío.
Esto no va a terminar pronto. La serie se estrena en más de un año y durará al menos una década. Lithgow dijo que probablemente será su último papel importante, ya que tendrá casi 90 años cuando termine. Cada vez que pase algo—un nuevo actor, una entrevista—el tema volverá al centro. Los actores que no apoyan a Rowling tendrán que decirlo mil veces. Los que sí, también. Los que solo quieren paz harán malabares para no decir nada. No hay escapatoria.
Y para colmo, tú ya sabes si verás *Harry Potter* o no. Quizá lo verás porque te encantaba de niño y pasas por alto (o apoyas) las opiniones de Rowling. O quizá no, porque no quieres apoyarla económicamente, o porque la idea de ver *otra* adaptación de una historia que ni te gustaba tanto te deprime. Sea como sea, ya decidiste. Nos queda una serie demasiado grande para ignorar… y será una década muy larga.