La activista polaca por los derechos al aborto, Justyna Wydrzynska, luchó contra las lágrimas al recordar cuando supo que el candidato nacionalista había ganado las elecciones presidenciales del domingo en Polonia, un país con una prohibición casi total del aborto.
Karol Nawrocki, apoyado por la oposición de derecha, dijo durante la campaña que no firmaría leyes para relajar las normas contra el aborto ni introduciría uniones civiles para personas LGBTQ.
Para los activistas que llevan años luchando por estos cambios en un país mayoritamente católico, su victoria fue un golpe muy duro.
“Realmente esperaba que el resultado fuera distinto”, dijo Wydrzynska, agregando que sintió rabia, tristeza y decepción—”una mezcla de esas tres emociones.”
Habló en el centro de aborto que su grupo activista instaló frente al parlamento polaco, un acto de rebeldía para presionar a los legisladores a suavizar las estrictas leyes.
El rival de Nawrocki, el alcalde pro-UE de Varsovia Rafal Trzaskowski, prometió acelerar el proceso y permitir el aborto legal eliminando una ley que llamó “medieval.”
Durante la campaña, Nawrocki se declaró “a favor de proteger la vida” y dijo que usaría el veto presidencial para bloquear cualquier cambio.
Wydrzynska afirmó que el centro, que atrae frecuentemente a manifestantes antiaborto, se prepara para nuevos ataques.
“Los antiaborto se sentirán mas valientes que nunca”, dijo la activista, quien fue condenada en un fallo sin precedentes por ayudar en un aborto.
“Significa que nuestra seguridad está en peligro… Quizás decidamos cerrar este lugar.”
– ‘Quita la esperanza’ –
El resultado también afectó a la comunidad LGBTQ, que esperaba que una victoria de Trzaskowski abriera el camino al reconocimiento legal de parejas del mismo sexo.
Tomasz Szypula, de 45 años, dijo que el resultado “retrasa cualquier cambio positivo para personas LGBTQ otros cinco años”—la duración de un mandato presidencial.
Lo describió como “devastador”.
“En cinco años tendré 50. Llevo 20 años en activismo por los derechos LGBTQ”, contó.
“Así que durante un cuarto de siglo, básicamente nada ha cambiado para mí en términos legales… quita la esperanza, quita la energía para actuar.”
En Polonia, las parejas del mismo sexo no pueden casarse ni registrar su unión, y enfrentan muchos obstáculos por falta de reconocimiento legal.
Desde pagar impuestos de herencia si un miembro muere hasta dificultades para visitarse en el hospital.
Szypula, quien sufrió un derrame cerebral en 2024 y sigue recuperándose, vivió el problema de cerca.
Solo dejaron entrar a su pareja al hospital cuando su madre dio permiso.
“Pero no es así la vida adulta, cuando tienes cuarenta y tu madre decide si tu pareja te visita o no”, dijo.
– ‘No hay otro camino’ –
Przemyslaw Walas, activista de la Campaña contra la Homofobia, pasó la noche en vela siguiendo nerviosamente los resultados, pero no le sorprendió la victoria de Nawrocki.
“Sabemos que los temas LGBTQ nunca son prioridad en las elecciones”, dijo.
Nawrocki declaró en mayo que “el matrimonio es obviamente entre un hombre y una mujer” y que no podía “imaginar un matrimonio entre personas del mismo sexo.”
En abril, afirmó que “la comunidad LGBTQ no puede contar conmigo para resolver sus problemas.”
Walas teme que la ultraderecha se fortalezca y se repitan “los tiempos oscuros” de discurso de odio anti-LGBTQ.
“Es aterrador, pero también puede ser una señal para movilizarnos de nuevo”, dijo Walas.
Szypula también intenta mantener el ánimo, bromeando: “Hay una ventaja en ser un hombre queer de 45 años que tuvo un derrame: ya has visto y vivido de todo.”
Este año ganó un caso en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por la falta de reconocimiento legal a parejas del mismo sexo en Polonia.
“Solo me alegré de vivir para verlo”, dijo, sin ilusionarse de que algo cambie bajo Nawrocki.
Mientras tanto, “tendremos que ir a todas las protestas” por igualdad de derechos.
“Es un camino largo, pero parece que no ay otra manera.”