Pasajeros pesados en aeropuertos

Los viajeros en los aeropuertos de la Polinesia ahora podrían ser pesados durante el check-in como parte de las nuevas normas de seguridad aérea.
Crédito: Pixababy – Katyveldhorst

Probablemente te parecería bastante raro que alguien te pidiese subirte a una báscula en el mostrador de facturación, ¿verdad? ¡No eres el único! Pero si viajas a las islas con Air Tahiti este año, no te sorprendas si eso es exactamente lo que ocurre al facturar.

No, no es una broma, y nadie intenta hacerte sentir incómodo por tus hábitos alimenticios en vacaciones. Air Tahiti está implementando un sistema de pesaje de pasajeros—no para avergonzar a nadie, sino para garantizar la seguridad y fluidez de los vuelos. Suena extraño al princio, pero al saber el motivo, tiene todo el sentido.

¿Por qué pesan a los pasajeros en los aeropuertos?

Vamos al grano: los aviones pequeños son como balancines. Si hay demasiado peso en un lado—o simplemente demasiado—las cosas pueden ponerse inestables. En los últimos 15 años, Air Tahiti ha notado que sus pasajeros son, bueno, un poco más pesados que antes (unos 8 kilos más de media). ¿Quién nos culpa? ¡La comida en el paraíso es demasiado buena!

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Por eso, a veces han tenido que quitar asientos de sus aviones solo para mantenerse dentro de los límites seguros. Air Tahiti necesita datos actualizados sobre el peso real de los pasajeros—para calcular dónde debe sentirse cada uno, cuánto equipaje pueden llevar, etc. Todo se reduce al equilibrio, literalmente.

Así que, al facturar en aeropuertos como Tahití, Bora Bora o Rangiroa, si te piden subir a una báscula, no lo tomes a pecho. No te están juzgando. Es parte de un gran estudio: 13.000 pasajeros en 600 vuelos, todo por seguridad.

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¿Qué opinan los viajeros sobre el pesaje?

Algunos encuentran la idea incómoda. Ha generado debate: algunos lo ven como “gordofobia”, otros como sentido común. Incluso en EE.UU., aerolíneas como Hawaiian tuvieron que lidiar con quejas al intentarlo. ¿La buena noticia? Air Tahiti no rechaza a nadie, y el proceso es anónimo: sin nombres, ni anuncios, y mucho menos números gritados por la terminal.

¿Peor caso posible? Si pesas un poco más, te asignarán un asiento específico para equilibrar el avión. No es personal, es pura práctica.

¿Qué implica para tu viaje?

En realidad, poco. Subes a la báscula, anotan el número y sigues adelante. Tus vacaciones no están en riesgo, tu asiento no peligra, y a nadie le importa si te comiste un postre de más anoche. Todo acaba en segundos, y puedes volver a soñar con aguas turquesas y palmeras.

En cierto modo, estás contribuyendo a la seguridad de los vuelos—para locales y turistas. Quizá añade “ayudé a hacer historia en la aviación tahitiana” a tu lista de logros vacacionales.

Y si te consuela, siempre puedes echarle la culpa a las básculas de la aerolínea. ¡Siempre suman unos kilos de más!

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