ESPAÑA ha sido incluida en la misma categoría que países desérticos de África y Oriente Medio, enfrentando una futura crisis hídrica para 2050.
Según datos de 2024, el Instituto de Recursos Mundiales situó a España junto a naciones como Egipto, Arabia Saudí, Irak e Irán por presentar uno de los peores índices de demanda vs. disponibilidad de agua.
Junto con India, Chile y el extremo sur de África, este grupo de países sufrirá un ‘estrés hídrico extremadamente alto’ – superior al 80% – a mediados de siglo.
Actualmente, el ratio de estrés hídrico en España (que compara el consumo anual con el suministro de agua dulce) ronda el 43%, clasificándolo como ‘alto estrés’ según estándares internacionales.
Esto implica que el país consume casi la mitad de sus recursos renovables de agua cada año.
Las lluvias recientes elevaron temporalmente los embalses al 66% de capacidad, pero la presión hídrica a largo plazo sigue siendo crítica.
Según expertos, es una crisis hidrológica agravada en las últimas décadas por múltiples factores.
«España es vulnerable a la escasez de agua, y esta vulnerabilidad no ha dejado de crecer», advirtió Mario Picazo, meteorólogo de The Weather Network y profesor de la UCLA.
Picazo destacó cinco problemas clave: el clima mediterráneo, con veranos secos prolongados; sequías recurrentes en el sur y sureste; el impacto del cambio climático, que intensifica la frecuencia y severidad de las sequías; la agricultura (80% del consumo hídrico), incluyendo sistemas de riego ineficientes; y la desigual distribución territorial del agua.
Mientras regiones como Galicia tienen abundancia, el sur sufre escasez crónica. Proyectos como el trasvase Tajo-Segura generan polémica por desequilibrios regionales.
Además, la urbanización y el turismo costero incrementan la presión en meses de menor disponibilidad.
Aunque las lluvias primaverales han aliviado temporalmente la situación, la gestión del agua sigue siendo un tema politizado y urgente ante los efectos del calentamiento global.
Picazo insiste en la necesidad de estrategias integrales para adaptarse a esta nueva realidad hídrica.
