Nick Thorpe
Corresponsal en Europa Central
ZOLTAN FISCHER/HUNGARIAN PM HANDOUT
Viktor Orbán, el primer ministro de Hungría, describió al presidente Trump como un "suero de la verdad".
Esta ha sido una gran semana en Europa para la CPAC, la Conferencia de Acción Política Conservadora de EE.UU., con grandes reuniones en Polonia y Hungría.
El momento es clave, antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Polonia este domingo, entre el nacionalista apoyado por la CPAC, Karol Nawrocki, y el alcalde liberal de Varsovia, Rafal Trzaskowski, a quien los oradores de la CPAC llaman una "batalla por la civilización occidental".
Tradicionalmente un encuentro para activistas conservadores en EE.UU., la visibilidad de la CPAC ha crecido con Donald Trump de vuelta en la Casa Blanca y su movimiento Maga ("Hagamos a América Grande Otra Vez") controlando sin duda el Partido Republicano.
"No es una reunión de los derrotados, sino de los que han resistido", dijo el primer ministro nacionalista húngaro, Viktor Orbán, en la sesión inaugural del jueves en Budapest.
Al describir a Trump como un "suero de la verdad", Orbán resaltó su visión de una nueva Europa en lo que llama "la Era de los Patriotas", basada en la nación, la familia tradicional y su versión del cristianismo.
EPA-EFE/Shutterstock
Alice Weidel, del partido de ultraderecha AfD de Alemania, fue una de las oradoras.
Entre aplausos tumultuosos, él y otros oradores criticaron el Pacto Verde de la UE y se quejaron de la inmigración masiva y la "locura de género y woke".
En un salón lleno de música disco, luces destellantes y presentadores famosos, los políticos mayores parecían deslumbrados por tanto espectáculo.
"Los europeos no se sienten seguros en sus propias ciudades, hogares y países", dijo Orbán. "Son extranjeros en sus propias casas. Esto no es integración, es reemplazo poblacional".
El tema fue repetido por invitados como Alice Weidel y Geert Wilders, del Partido por la Libertad de Holanda.
Este movimiento busca redefinir el proyecto europeo con su propio conservadurismo, dejando atrás el liberalismo de la UE.
Otros oradores incluyeron al primer ministro eslovaco Robert Fico y Herbert Kickl, líder del Partido de la Libertad de Austria.
También estuvieron la ex primera ministra británica Liz Truss, el ex primer ministro australiano Tony Abbott y los ex primeros ministros polaco y checo Mateusz Morawiecki y Andrej Babis, junto a republicanos influyentes y políticos sudamericanos.
Incluso hubo un representante del BJP de India, Ram Madhav.
Reuters
En Varsovia, la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, dejó claro su apoyo en las elecciones de Polonia.
Tanto en Varsovia como en Budapest, los oradores defendieron lo que llamaron "un movimiento nacionalista internacional, una plataforma global para fuerzas antiglobalistas".
"A diferencia de la CPAC en EE.UU., la de Hungría parece tener más sustancia intelectual. Además, es una oportunidad única en Europa para que nacionalistas y populistas se reúnan", dijo Rod Dreher, editor del American Conservative, a la BBC.
"La promesa de Orbán de hacer de Budapest la capital intelectual del conservadurismo disidente europeo se ha cumplido".
Orbán disfruta de ese tema "disidente", mientras conservadores más moderados, como el nuevo canciller alemán Friedrich Merz, mantienen distancia.
Esta semana en Hungría y Polonia se sintió que la administración Trump está devolviendo el apoyo que recibió de líderes nacionalistas europeos en su victoria de noviembre pasado.
"Si eligen un líder que trabaje con Trump, Polonia tendrá un aliado fuerte", dijo Kristi Noem en Varsovia.
"Tendrán presencia militar estadounidense aquí… y equipo de alta calidad hecho en EE.UU.".
No aclaró qué pasaría si Nawrocki no gana el domingo.
Aunque el movimiento Maga en Europa (traducido por Orbán como "Hagamos a Europa Grande Otra Vez") parece seguro, ha sufrido derrotas, como la victoria del liberal Nicusor Dan en Rumanía.
En Albania, el líder demócrata apoyado por Maga, Sali Berisha, perdió las elecciones frente al socialista Edi Rama.
En Austria, las esperanzas de Herbert Kickl de ser canciller se desvanecieron con una nueva coalición de izquierda y derecha.
Hasta el trono de Orbán, anfitrión de la conferencia, tambalea.
¿Su mensaje, tan fresco para sus seguidores en EE.UU., habrá perdido fuerza en Hungría?
"Si Nawrocki no gana en Polonia, Hungría será la siguiente y Orbán perderá el poder", advirtió en Varsovia George Simion, el nacionalista rumano derrotado por Dan. Las elecciones húngaras son en abril del 2025.
También hay grietas en la fachada de unidad.
Ucrania y Rusia siguen dividiendo. La ausencia de la primera ministra italiana Giorgia Meloni fue notable.
Y mala noticia para Orbán: la tasa de natalidad en Hungría cayó a 1,28 en abril, casi igual que en 2010, pese a 15 años de incentivos fiscales.
Pero al cerrar el evento en Budapest, el ánimo era de euforia, con la mirada puesta en la segunda vuelta en Polonia.
