¡Rechazo al Impuesto de Basura en Orihuela! Eliminación Sorpresa de la Tasa Fija en un Cambio Radical del Ayuntamiento

Contribuyentes furiosos mientras las tarifas se TRIPLICAN—¡ahora la oposición contraataca!

Impuesto de basura en Orihuela en caos político: ¿Se acabará la tarifa plana?

El polémico impuesto de recogida de basura con tarifa fija en Orihuela ha caído en el caos político apenas siete meses después de su implementación. La tasa anual de 202€, criticada por aplicar el mismo costo a todos sin importar su nivel de ingresos o tamaño de vivienda, podría ser sustituida pronto por un sistema más justo y progresivo.

En un giro inesperado durante la sesión plenaria del jueves, una moción propuesta por Cambiemos—apoyada por PSOE y Ciudadanos—logró aprobarse gracias a la sorpresiva abstención de Vox. A pesar del voto en contra del PP, la oposición consiguió impulsar una revisión exhaustiva del sistema, generando esperanza en miles de residentes descontentos.

El impuesto, que se triplicó de 70€ a 202€ (uno de los aumentos más abruptos en Alicante), generó indignación, especialmente en zonas rurales y hogares de bajos ingresos, que se sintieron perjudicados injustamente. La tarifa plana ignoraba el tamaño de la vivienda, su uso e incluso si era residencia habitual o vacacional.

"Es un impuesto regresivo y antisocial", denunció Quique Montero, concejal de Cambiemos, acusando al gobierno local de favorecer a propietarios de segundas residencias y negocios turísticos a costa de las familias trabajadoras. La reforma propuesta evaluaría el nivel de ingresos, el tamaño del hogar y el volumen real de basura generada, incentivando prácticas ecológicas como el reciclaje.

La moción también exige mayor transparencia, un comité de seguimiento y reinversión en los deficientes servicios de recogida de basura de Orihuela. Sin embargo, no es vinculante: el gobierno del PP ya ha mostrado resistencia.

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Con 5.600 familias vulnerables que podrían beneficiarse de mayores descuentos y la presión ciudadana en aumento, esta batalla está lejos de terminar. Por ahora, los oriolanos siguen atentos—esperando que su demanda de justicia no acabe en el vertedero.