Con sus playas bañadas por el sol y su vibrante vida nocturna, España ha sido durante mucho tiempo un destino líder—no solo para turistas, sino tambien para criminales que buscan desaparecer.
Desde narcotraficantes hasta delincuentes sexuales y cibercriminales, fugitivos de todo el mundo acuden a los refugios costeros de España.
Pero esa apuesta rara vez sale bien: la policía subraya que sus posibilidades de evadir la justicia son mínimas.
“Arrestamos a nuevas personas cada día”, dijo Fernando González, jefe de una unidad élite de la policía española creada en 2004 para perseguir criminales prófugos.
“España sigue siendo un lugar muy atractivo para los traficantes”, añadió.
El año pasado, su unidad arrestó a 460 fugitivos—mayormente extranjeros—en todo el país, un aumento frente a los 390 de 2023.
El ritmo no ha disminuido este año. Arrestos recientes de alto perfil confirman el atractivo continuo del país europeo para los prófugos.
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En octubre de 2024, la policía de Barcelona detuvo al serbio Nikola Vusovic, presunto líder de una peligrosa banda criminal de Montenegro, el clan Kavac.
A principios de este año, agentes arrestaron al líder de un brutal grupo mafioso peruano, Omar Luis Castañeda, cerca de Alicante, por su presunta participación en 16 asesinatos en su país.
Y en febrero, la policía del sur de España capturó a uno de los pistoleros que en 2024 emboscaron una furgoneta penitenciaria en Francia para liberar al narcotraficante Mohamed Amra, matando a dos guardias. El fugitivo vivía en una lujosa villa.
“Manejamos perfiles muy variados”, desde grandes criminales hasta delincuentes menores y múltiples nacionalidades, dijo González mientras revisaba la lista de arrestados, que incluía marroquíes, franceses y un creciente número de latinoamericanos.
‘Pasar desapercibidos’
El rol de España como refugio para quienes evaden la justicia es “histórico”, dijo un investigador francés a AFP bajo anonimato.
“No es solo un escondite… también alberga criminales profesionales que operan entre Marruecos, España y Francia.”
España cuenta con una gran población extranjera y es el segundo país más visitado del mundo, con un récord de 94 millones de turistas el año pasado, lo que facilita que los fugitivos pasen inadvertidos.
“Es un lugar con alta calidad de vida. Es fácil alquilar villas tranquilas con piscina. La gente se camufla”, explicó el investigador.
Los criminales disfrutan del lujo de ciudades como Marbella, mezclándose fácilmente. (Foto: JORGE GUERRERO / AFP)
El abogado penalista y exjuez de extradición Carlos Bautista señaló que la ubicación de España “en la encrucijada” de Europa, América y África la convierte en un escondite natural.
González mencionó que los prófugos suelen encontrar “contactos útiles” dentro de las numerosas comunidades extranjeras en España.
Como ejemplo, citó el caso de una alemana arrestada en Baleares tras vivir años sin hablar español.
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‘Juego del gato y el ratón’
La mayoría de los fugitivos se encuentran en la costa mediterránea, donde hay grandes comunidades foráneas.
Málaga y Marbella, en la Costa del Sol—destino favorito de británicos—son lugares predilectos para criminales, según Bautista.
Pero esconderse allí no garantiza seguridad: son zonas con altas tasas de arrestos.
“Es un juego de paciencia. Pero al final los encontramos”, dijo González.
La policía atribuye su éxito a escuchas telefónicas, monitoreo de redes sociales y, sobre todo, cooperación internacional.
A través de ENFAST, una red policial europea para capturar criminales buscados, España lidera en arrestos transfronterizos.
“España es muy activa en extradiciones. Tarde o temprano, los atrapan”, afirmó Bautista.
Las paredes de la unidad élite de González están plagadas de fotos y recuerdos de años de operaciones.
“Puede que haya fugitivos viviendo entre nosotros. Pero no escaparán para siempre”, concluyó.
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