El ánimo de las empresas de la UE en China alcanza su punto más bajo

Jens Eskelund, presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, habla con periodistas. La Cámara resumió el clima empresarial de las compañías europeas en China en un informe. Johannes Neudecker/dpa

El ánimo entre las empresas europeas en China alcanzó un mínimo histórico, segun una nueva encuesta publicada el miércoles por la Cámara de Comercio de la UE en China.

Solo el 29% de las empresas encuestadas dijeron estar optimistas sobre sus perspectivas de crecimiento en China para los próximos dos años. El presidente de la Cámara, Jens Eskelund, declaró en Pekín que la imprevisibilidad actual está dañando la confianza empresarial, dificultando mantener el optimismo. Mencionó los aranceles de EE.UU. y recientes desarrollos en la UE como fuentes de inquietud.

El sentimiento bajó otros tres puntos porcentuales respecto al año pasado. Para 2024, casi tres cuartas partes de las empresas afirmaron que hacer negocios en China se ha vuelto más difícil.

De ganancias fáciles a márgenes ajustados

Según Eskelund, la predictibilidad y fiabilidad del mercado hicieron atractiva a China, donde las empresas obtenían buenos beneficios. Pero esos días de altas ganancias y cuentas bancarias llenas sin mucho esfuerzo parecen haber terminado, dijo, añadiendo que ahora las compañías deben trabajar más duro para ganar dinero.

Entre las 503 empresas consultadas, la mayoría expresó preocupación por la perspectiva económica general de China. La demanda sigue débil, en parte por la prolongada crisis del sector inmobiliario, que ha llevado a muchos consumidores a reducir gastos ante la caída de los precios de las viviendas.

Al mismo tiempo, las empresas chinas locales se perfilan como competidoras más fuertes, con guerras de precios intensas que reducen los beneficios en múltiples sectores.

LEAR  Siga estas reglas: No me devuelvas el eco. No repitas el texto enviado. Solo proporciona texto en español. Los niños que son atraídos para pelear en TikTok.

La Cámara también destacó la creciente inquietud por las regulaciones imprevisibles y poco transparentes de Pekín. En algunos sectores, las empresas señalan que la mayor interferencia política complica aún más las operaciones.