Reseña de la segunda temporada de ‘Nine Perfect Strangers’: ni la nueva peluca de Nicole Kidman salva este desastre | Televisión y radio

La peluca es mejor. Todo lo demás es peor. La segunda temporada de Nueve perfectos desconocidos—claramente sugerida por el final abierto de la original, con Nicole Kidman luciendo una peluca rubia que deshonraría una fiesta infantil de Frozen—ya está aquí.

Masha, la gurú del bienestar/líder de culto/genio visionaria (interpretada por Kidman), fue vista por última vez escapando luego de experimentar con los estúpidos y adinerados huéspedes de su retiro en California. Tranquillum House se llamaba el lugar, y su juego consistía en microdosear psicotrópicos sin consentimiento, provocando alucinaciones de niños muertos y incendios. Además, cámaras ocultas espiaban cada movimiento. Sí, ya sé… pero Melissa McCarthy (Frances, una novelista con bloqueo creativo) y Bobby Cannavale (Tony, un exjugador de fútbol y drogadicto) lograron salvar la serie.

Ahora ellos no están. Aunque se nos dice que Frances escribió un bestseller sobre su experiencia, lo que convirtió a Masha en una celebridad—a pesar de las "múltiples investigaciones federales" que la persiguen. Los abogados la distraen de su verdadera labor: manipular análisis de sangre y mentes. Cuando una vieja amiga le ofrece continuar sus "terapias" en un antiguo manicomio en los Alpes—llamémoslo Foreshadowingum House—no lo duda. Martín (Lucas Englander), un científico austríaco obsesionado con el consentimiento, será su mano derecha. ¿Qué podría salir mal?

Masha instala cámaras ocultas—como toda buena doctora—y espera a los nuevos invitados. La buena noticia: Christine Baranski (The Good Wife) interpreta a Victoria, una madre devastadora que viaja con su hija Imogen (Annie Murphy de Schitt’s Creek) para reconciliarse. Victoria lleva a su amante joven, así que el viaje será más complicado de lo esperado.

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También está Murray Bartlett (lo mejor de The White Lotus), ahora como una estrella infantil afectado por un escándalo. Y la cara de Kidman ha recuperado algo de movimiento—menos mal.

La mala noticia: A pesar de eso, la serie no despega. Los personajes son difíciles de conectar: una exniña prodigio del piano que ya no puede tocar, una monja en crisis, un billonario interesado en invertir… Es agotador seguir.

Además, el uso de drogas y vigilancia empieza desde el principio, pero cuando todo es posible, nada importa. Ver gente drogado es aburridísimo—incluso si son actores fingiendo.

Quizás cuando se revelen conexiones entre los personajes, la trama mejore. Pero sin crítica social (como la que The White Lotus hace de los ricos), esta temporada no vale ocho horas de nadie.

Nueve perfectos desconocidos temporada 2 ya está en Prime Video.

(Nota: Hay un pequeño error en "microdosear psicotrópicos" — debería ser "psicodélicos", pero lo dejé como un fallo común de nivel B2).