El ex canciller austriaco Sebastian Kurz ganó su apelación contra una condena por dar falso testimonio ante un comité parlamentario.
El fallo del tribunal anula la sentencia del año pasado y la pena de ocho meses de prisión condicional para el ex estrella política.
Considerado alguna vez el niño prodigio de los conservadores europeos, el joven de 38 años renunció como canciller en 2021 y dejó la política ante una serie de acusaciones.
La absolución de este lunes elimina un obstáculo clave para un posible regreso a la política, pero aún enfrenta investigaciones por acusaciones de corrupción.
El año pasado, Kurz fue declarado culpable de perjurio por mentir ante un comité parlamentario.
El caso giraba en torno a denuncias de que participó en la selección de ejecutivos de una empresa estatal recién creada cuando era canciller, en lugar de solo estar informado.
Kurz dijo en 2020 que estuvo "involucrado en el sentido de estar informado". Pero el juez consideró esa declaración falsa y dictaminó que tuvo un papel más activo.
Sin embargo, en su apelación, Kurz argumentó que el juez que lo condenó fue parcial.
El tribunal de apelación falló a su favor, declarando que no se cumplió el delito de falso testimonio.
Fuera del tribunal, Kurz dijo que las acusaciones en su contra "ahora se derrumbaron".
También negó haber actuado mal en los casos de corrupción que aún lo investigan.
Los fiscales deben decidir si lo acusan por usar dinero público para obtener cobertura mediática favorable y encuestas que exageraban su apoyo.
Kurz no ha dicho públicamente si volverá a la política.
Desde 2021, se dedica a negocios, como la empresa de ciberseguridad Dream, fundada con socios vinculados al polémico spyware Pegasus.
Antes lideró el Partido Popular austriaco con posturas duras en inmigración, ganando en 2017 y 2019.
El partido sigue gobernando en coalición tras las elecciones de agosto, aunque la ultraderecha ganó pero no formó gobierno.