Tras la pista de un carnicero: Cómo el ‘Carnicero de Hama’ Rifaat al-Assad y su familia con base en Marbella presuntamente blanquearon una fortuna a través de España y Gibraltar.

A medida que el Tribunal Nacional de España se prepara para uno de los juicios por lavado de dinero más destacados de su historia reciente, el foco se ha centrado en el vasto imperio financiero presuntamente construido por Rifaat al-Assad.

El infame tío del presidente sirio Bashar al-Assad, conocido como el ‘Carnicero de Hama’, y sus extensas inversiones en España y Gibraltar están en la mira del fiscal.

El caso se centra en el presunto lavado de más de €700 millones robados de las arcas del estado sirio. Se cree que él y su familia han saqueado hasta €4 MIL MILLONES en total.

El caso ha involucrado a seis familiares de Rifaat y dos colaboradores cercanos, todos acusados de ser actores centrales en una red de empresas fantasma, acuerdos turbios y activos offshore.

En el centro del escándalo no solo está la asombrosa cantidad de riqueza involucrada, sino también las preguntas políticas y éticas que plantea para los gobiernos europeos, especialmente en Gibraltar y España.

En particular, el tribunal ha estado examinando cómo se permitió que una figura tan notoria se enraizara tan profundamente en los sistemas inmobiliario y financiero de ambos países.

Especialmente porque Rifaat ganó su espeluznante apodo durante la masacre de Hama de 1982, donde lideró una operación militar que mató a unas 25.000 personas.

El entonces vicepresidente de Siria, Rifaat cayó en desgracia después de un intento de golpe fallido contra su hermano, el entonces presidente Hafez al-Assad, en 1984.

Exiliado poco después, comenzó a acumular propiedades e influencia en el extranjero, particularmente en Francia, España y Gibraltar.

Los investigadores europeos creen ahora que estaba desviando miles de millones de las arcas del tesoro sirio incluso cuando Siria descendía en la pobreza y la guerra civil.

Los fiscales franceses en 2020 lo condenaron en ausencia a cuatro años de prisión por lavado de dinero y malversación, y confiscaron €90 millones en activos.

Ahora, las autoridades españolas están siguiendo el mismo camino, aunque el caso ha sido enviado temporalmente al juzgado de Marbella, por un problema administrativo (ver abajo).

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El imperio de Marbella

La escala de las propiedades inmobiliarias de Rifaat al-Assad en España es asombrosa.

Los fiscales alegan que compró más de 500 propiedades, incluidos hoteles de lujo como el Park Plaza Suites y Plaza Beach Banus en Marbella, y una vasta finca en Benahavís.

Muchas de estas adquisiciones se realizaron a través de empresas fantasma registradas en Gibraltar, a menudo con la ayuda de la firma de contabilidad deshonrada Marrache & Co.

La estructura financiera detrás de estas compras era laberíntica. En su centro estaba High Mountain Estates Ltd, una empresa registrada en las Bahamas pero propiedad del Alhambra Trust, controlado por Rifaat.

High Mountain era propietaria del 99% de 29 empresas separadas en Gibraltar, con el 1% restante en manos de Groove Limited, en su mayoría propiedad de Hiba Development SA. Esta compleja estructura de propiedad, facilitada por los hermanos Marrache, Isaac y Benjamin, que luego fueron encarcelados por fraude, fue diseñada para ocultar la implicación de la familia Assad.

A través de estos canales offshore, millones de euros fluían a España para comprar propiedades e intereses comerciales, blanqueando efectivamente la riqueza nacional siria, así como supuestos beneficios del tráfico de drogas, extorsión y el tráfico de tesoros arqueológicos.

Pero en 2017, su imperio inmobiliario en Marbella se derrumbó cuando el magistrado José de la Mata ordenó la confiscación de 503 propiedades, incluidas casas de vacaciones, estacionamientos, apartamentos de lujo y fincas rurales por valor de €700 millones.

Las autoridades también confiscaron una finca con un valor de mercado de €60 millones en Puerto Banús, y congelaron decenas de cuentas bancarias.

Juicio y evasión

Aunque el juicio en España apunta a ocho personas, incluidos los hijos de Rifaat y otros familiares, el patriarca mismo está notablemente ausente. Sus abogados afirman que el ahora octogenario de 87 años está hospitalizado en Dubai, demasiado enfermo para asistir al tribunal.

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A pesar de esto, los fiscales presionan por una condena de ocho años y una multa de €2,7 millones contra Rifaat, junto con seis años y multas de €2,2 millones para cada uno de sus familiares.

La defensa ha impugnado la jurisdicción del juicio, exigiendo que el caso sea trasladado al juzgado provincial de Málaga. Los procedimientos se suspendieron a principios de este mes, enviados de vuelta al juzgado de Marbella para una revisión judicial. Una fuente de Olive Press reveló: “Entiendo que esto podría llevar un año”.

La conexión con Gibraltar

Una parte clave de la investigación se centra en Gibraltar, donde los negocios de Rifaat florecieron durante décadas. Uno de los aspectos más controvertidos involucra la venta de una propiedad de prestigio en 6-9 Europort, un complejo de oficinas en el corazón del distrito financiero de Gibraltar.

En 2018, Rifaat vendió su participación en el edificio por £17.5 millones, una cifra que los críticos argumentan que estaba muy por debajo del valor de mercado.

Lo que levantó sospechas no fue solo el precio, sino la identidad de los compradores: una empresa vinculada a la familia Isola, incluido el Ministro de Servicios Financieros de Gibraltar, Albert Isola.

El acuerdo fue facilitado por Fiduciary, una empresa parcialmente propiedad de los Isola, que también gestionaba la venta de Rifaat.

Esto llevó a acusaciones de conflictos de intereses y provocó que los partidos de la oposición en Gibraltar exigieran total transparencia.

Isola siempre ha negado cualquier irregularidad.

La diputada independiente Marlene Hassan Nahon acusó al gobierno de “enterrar el caso bajo capas de jerga legal” y pidió una explicación pública.

El partido de oposición GSD también instó al Fiscal General a investigar si alguna ganancia de la venta fue congelada o distribuida a la familia Assad.

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A pesar de la presión pública, el Ministro Principal Fabian Picardo defendió la legalidad de la venta, afirmando que los tribunales de Gibraltar la habían aprobado y que estaban cooperando plenamente con los investigadores franceses.

Una cuestión de conciencia

El caso de Rifaat al-Assad no se trata solo de crímenes financieros, sino de responsabilidad moral. ¿Cómo pudo un hombre acusado de asesinato en masa y corrupción construir un imperio inmobiliario en la Europa democrática?

¿Por qué no se activaron las alarmas antes, especialmente cuando había órdenes de Interpol y sanciones internacionales en juego?

Además, la controversia tiene implicaciones para la credibilidad financiera de Gibraltar y España. Con un escrutinio global cada vez mayor sobre los paraísos fiscales y los centros financieros offshore, el caso Assad sirve como una advertencia.

Cuando los hackers de Anonymous atacaron el sitio web del gobierno de Gibraltar poco después de que se hiciera pública la venta de Europort, no se perdió el simbolismo: esta es una historia sobre transparencia, ética y la delgada línea entre la legalidad y la complicidad.

Mirando hacia el futuro

Se espera que los fiscales españoles sigan adelante con las confiscaciones de activos y los veredictos a finales de 2025.

Si Rifaat al-Assad alguna vez enfrentará la justicia en persona sigue sin estar claro, pero la supuesta red financiera de su familia se está desentrañando rápidamente.

Al final, el caso no se trata solo de un hombre. Es una historia de cómo la riqueza robada de una nación devastada encontró refugio en los soleados enclaves de Europa, protegida por estructuras legales, instituciones financieras y, a veces, silencio político.

El resultado del juicio no solo afectará a la familia Assad, sino que podría sentar un precedente sobre cómo Europa maneja el dinero sucio, las finanzas offshore y el legado de regímenes autoritarios que esconden su botín a plena vista.