Uchis sings, “I love you so much, it hurts,” and it’s the realest sentiment on the album, a feeling that can only be translated through her music. And with that, she leaves us with a sigh, satisfied yet yearning for more.
Una oda a su hijo, que da crédito al marco completo del álbum: cómo el significado y la oscuridad pueden disolverse en un instante, por qué cada canción debe sentirse como un cálido abrazo. “Todo el mundo está loco, pero tú estás aquí / Mi bebé me hizo darme cuenta de que nada más importa”, canta. La risa de un niño termina la canción, como si resonara en la eternidad.
