Lucy Williamson, a Middle East correspondent reporting from Northern Syria for the BBC, has revealed that General Security Forces personnel have been deployed in Latakia city. One of the men accused of participating in sectarian violence against Syria’s Alawite minority two months ago admitted to being advised and monitored by government forces during the attacks. Abu Khalid, who traveled to Sanobar to fight insurgents, claimed he was instructed not to harm civilians but to only shoot at insurgents. However, he was later arrested after filming himself shooting a village resident. The UN reports that tens of thousands of people remain displaced following the violence, which led to the deaths of almost 900 civilians, mainly Alawites. The coastal region of Syria, stronghold of the former regime, witnessed mass killings and sectarian violence. Witnesses shared stories of armed groups targeting Alawites for executions. The village of Sanobar, where over 200 people were killed in early March, remains a place of fear and silence. The survivors are too scared to speak openly, but their stories of horror and loss are similar. The village is now haunted by mass graves, and the memory of Mahmoud Yousef Mohammed, a respected farmer and family man, who was killed in front of his family. The violence in Sanobar was a result of clashes between government forces and loyalists of former President Bashar al-Assad, escalating into a wave of civilian executions by various armed groups. Residents recall the terror of that day, when their village was attacked and their loved ones were taken and killed in front of them. One of Mahmoud’s relatives reported smelling toxic fumes from a nearby fire and went to check on his own house. Tragically, Mahmoud never returned. The relative later discovered that Mahmoud had been killed. The shocking story unfolded when a video of his killing surfaced on social media, showing Abu Khalid grinning and taunting Mahmoud before shooting him multiple times. Abu Khalid is now in military police custody in Idlib. Despite Abu Khalid’s claims that Mahmoud was an insurgent carrying a weapon, the video evidence does not support his account. Abu Khalid showed little remorse for his actions, citing past injustices suffered by his family as justification for the killing. The violence in Syria has reignited deep-seated anger and sectarian tensions, leading to widespread human rights violations and civilian casualties. Amnesty International has documented numerous unlawful attacks targeting Alawite civilians in retaliation for the insurgency. Lucy Williamson Pero no hizo ninguna diferencia; su única acusación, dijo, era que la familia eran “cerdos alauitas”.
Las nuevas fuerzas de seguridad de Siria en la provincia de Latakia
Separar a los civiles de los insurgentes es clave para el plan del nuevo gobierno de asegurar el país, y su promesa de proteger a las minorías.
Pero eso requerirá enjuiciar a los responsables – y demostrar que puede controlar sus propias fuerzas militares y aliados armados.
El grupo HTS de Sharaa – una vez afiliado local de al-Qaeda y aún designado como organización terrorista por la ONU, EE. UU. y Reino Unido – formó la columna vertebral de su nuevo ejército.
Ha habido un reclutamiento rápido para llenar las filas de una nueva policía civil y las Fuerzas de Seguridad Generales.
Se informa que el entrenamiento se ha acortado y muchas unidades dicen que están mal equipadas. Un comandante miró con nostalgia mi chaleco antibalas y radio cuando nos unimos a ellos en una patrulla. “Nosotros no tenemos eso”, dijo.
Milicias respaldadas por Turquía y combatientes yihadistas que una vez lucharon junto al HTS para derrocar a Bashar al-Assad están entre los nombrados por testigos y grupos de derechos humanos como responsables de ejecuciones sumarias.
En las calles de Sanobar, los nombres de las unidades respaldadas por Turquía, ahora supuestamente bajo control del gobierno, han sido graffiteados en las paredes, y la BBC escuchó varios informes de que sus hombres todavía estaban presentes en el pueblo.
Algunos videos de presuntas violaciones también parecen mostrar la presencia de vehículos y uniformes de las Fuerzas de Seguridad Generales oficiales – lo que llevó a Amnistía Internacional a solicitar una investigación.
Muchos habitantes alauitas dicen que quieren que las Fuerzas de Seguridad Generales del gobierno patrullen sus pueblos
El jefe de las Fuerzas de Seguridad Generales de la región de Latakia, Mustafa Kunaifati, me dijo que civiles con amigos o familiares en el ejército eran responsables de la mayoría de los crímenes, pero admitió que miembros de grupos armados también estuvieron involucrados – incluyendo lo que llamó “casos individuales” de sus propias unidades de Seguridad General.
“Sucedió”, dijo, “y esos miembros también fueron arrestados. No podemos aceptar algo así.”
Después de que los combatientes del régimen anterior fueron expulsados y la situación se controló, dijo que sus hombres “comenzaron a sacar a todos los alborotadores del área y a arrestar a cualquiera que hubiera dañado a civiles”.
Varios testigos han confirmado a la BBC que las fuerzas de Kunaifati intervinieron para protegerlos de otros grupos armados.
Uno de los vecinos de Mahmoud en Sanobar nos dijo que lo evacuaron a él y su familia 30 minutos antes de que mataran a Mahmoud.
Y el testigo que describió la muerte de su padre y hermano dijo que las Fuerzas de Seguridad Generales los ayudaron a escapar del pueblo, y luego a regresar y enterrar a sus familiares.
Reuters
El presidente Ahmed al-Sharaa formó un comité para investigar los asesinatos y prometió llevar a los responsables ante la justicia
Sharaa ha prometido que “nadie estará por encima de la ley” cuando se trate de enjuiciar los asesinatos en la costa.
Un comité especial está investigando actualmente tanto el ataque inicial del 6 de marzo por insurgentes como la violencia por parte de las fuerzas progubernamentales que siguió. La BBC entiende que unas 30 personas han sido arrestadas.
Pero en un país que aún espera ver justicia por los crímenes del pasado, este es un momento delicado.
Algunos han argumentado que la decisión del gobierno de emitir un llamamiento general de apoyo después de los ataques insurgentes hizo predecible, incluso inevitable, la violencia.
Muchos habitantes alauitas dicen que quieren que las Fuerzas de Seguridad Generales del gobierno patrullen sus pueblos, y que otras facciones, ahora posicionadas en algunos puntos de control y bases, se marchen.
Dos meses después de la violencia aquí, las fuerzas de seguridad del gobierno actúan como el escudo contra sus propios aliados radicales.
El futuro de Sanobar es una prueba para el futuro de Siria, y las otras minorías del país – drusos, cristianos, kurdos – están atentas.
Para ver hasta qué punto el gobierno islamista de Siria puede mantener unido este país herido sin recurrir a la represión del pasado.
Lucy Williamson said “I am going to the park.”