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Tras el accidente fatal del jueves en Pollensa, los conductores de autobuses de la TIB acusaron al Consorcio de Transportes de Mallorca de ser “uno de los principales culpables” de ponerlos bajo estrés y de imponer horarios poco realistas.
El Consorcio está bajo el ministerio de movilidad del Gobierno Balear. Ha negado que haya presionado a los conductores y mantiene que no ha recibido quejas sobre el incumplimiento de las normativas laborales.
En un comunicado, el Consorcio dice: “La seguridad de los trabajadores y pasajeros es una prioridad para este gobierno. No tenemos quejas ni datos que nos hagan dudar de que las tres empresas concesionarias de autobuses cumplen con las normativas laborales y el convenio colectivo de acuerdo con el contrato de concesión formalizado en 2020.
La mayor parte de la flota de la TIB tiene menos de cinco años y está equipada con un sistema de límite de velocidad. El Consorcio está desarrollando una mejora tecnológica para proporcionar información sobre el tiempo real que se pasa en cada parada. Ningún conductor es penalizado por estar en una parada más tiempo del esperado.”
El gobierno desea transmitir un mensaje de tranquilidad al público con respecto a la seguridad de los autobuses de Mallorca, habiendo habido dos accidentes fatales que involucraron autobuses en el espacio de tres días.
