Un tribunal en Túnez ha condenado al ex primer ministro Ali Laarayedh a 34 años de prisión por una serie de cargos de terrorismo. Él es el último crítico de alto perfil del presidente en ser encarcelado mientras los activistas critican los “juicios simulados” en el país. El líder de 69 años es un oponente destacado del presidente Kais Saied y líder del partido popular Ennadha, el más grande en el parlamento, que promueve ideales islamistas. Junto con otras siete personas, Laarayedh fue acusado de establecer una célula terrorista y ayudar a jóvenes tunecinos a viajar al extranjero para unirse a combatientes islamistas en Irak y Siria. “No soy un criminal… soy una víctima en este caso”, escribió en una carta al fiscal del tribunal el mes pasado, según la agencia de noticias AFP. Fue condenado el viernes. Laarayedh ha negado consistentemente cualquier delito y dijo que el caso estaba políticamente motivado. En las últimas semanas, al menos 40 críticos del presidente de Túnez han sido enviados a prisión, incluidos diplomáticos, abogados y periodistas. Los grupos de derechos dicen que estos juicios han destacado el control autoritario de Saied sobre el poder judicial, después de disolver el parlamento en 2021 y gobernar por decreto. Desde que fue elegido hace seis años, el ex profesor de derecho ha reformado la constitución para aumentar sus poderes. Laarayedh fue arrestado hace tres años y los activistas habían pedido su liberación, incluida Human Rights Watch, que dijo que el asunto parecía ser “un ejemplo más de las autoridades del presidente Saied tratando de silenciar a los líderes del partido Ennahda y otros opositores tachándolos de terroristas”. Ennahdha gobernó la nación del norte de África durante un corto tiempo después de un levantamiento popular denominado la Primavera Árabe. El movimiento de protesta se originó en Túnez, donde un vendedor de verduras llamado Mohamed Bouazizi se prendió fuego en desesperación por la corrupción del gobierno, y pronto las manifestaciones masivas se extendieron por toda la región en 2011. Sin embargo, muchos tunecinos dicen que las ganancias democráticas logradas se han perdido desde entonces, señalando el control autoritario actual del presidente. Sin embargo, el presidente Saied ha rechazado las críticas desde dentro y fuera del país, diciendo que está luchando contra “traidores” y sufriendo “interferencia extranjera flagrante”.
