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La superficie del mar alcanzó una temperatura média de 27,6 °C en las Baleares el lunes, lo que supone 4,7 grados por encima de los datos históricos para esta época del año, en una situación «nunca antes vista», según la investigadora Mélanie Juza, del Sistema de Observación y Predicción Costero de las Islas Baleares (ICTS SOCIB).
«Nunca había visto esto en el mar Balear, es un récord entre los récords registrados en los últimos años», declaró la científica responsable de la instalación de Teledetección por Satélite en SOCIB, al comparar la temperatura média con los datos históricos del período 1982-2015, en declaraciones a EFE. Esta «enorme anomalía» de 4,7 grados, registrada «muy temprano en el año», está asociada a una ola de calor marina muy intensa desde finales de mayo.
El fenómeno de la ola de calor marina ocurre cuando las temperaturas se mantienen un 90% por encima de los datos históricos, algo que lleva semanas sucediendo, con anomalías de más de 2 grados. Juza añade que, durante las últimas dos semanas, ha sido una ola de categoría 2 debido a su intensidad. También destaca que la boya «Dragonera», propiedad de Puertos del Estado, registró 29,8 °C el lunes a las 15:00 h, «un récord para el 30 de junio».
Juza explica que «en esta época del año es normal que la temperatura del mar suba cada día, pero la anomalía ya alcanzada también va a aumentar. Parece que vamos a ver una anomalía de 5 grados en los próximos días», señaló, refiriéndose a los modelos de pronóstico a diez días del ICTS SOCIB. Estos pronósticos indican un pico de temperatura en los próximos 4 o 5 días en Baleares, seguido de un ligero descenso.
El calentamiento oceánico afecta a los ecosistemas marinos y también a las propiedades del océano, ya que puede alterar su circulación y movimientos verticales, además de provocar un aumento del nivel del mar. «Pero, concretamente, lo que está pasando ahora es tremendo, nunca lo había visto y desconozco por completo las consecuencias que pueda tener», admite la oceanógrafa.
«Habrá que estudiar el impacto a nivel local, en la superficie y en la costa», afirma Juza sobre esta situación sin precedentes. Pone como ejemplo que, aunque «hay organismos marinos que resisten altas temperaturas, también necesitan descanso, y ahora no lo hay». La investigadora destaca que el mar Balear ya ha vivido veranos muy calurosos en 2022, 2023 y 2024.
Los datos del ICTS SOCIB, que lleva 43 años recopilando observaciones satelitales y realiza un seguimiento en tiempo real, permiten a los científicos monitorizar constantemente el estado del mar, sus variaciones y anomalías, algo esencial para analizar la escala del fenómeno e informar a investigadores, agencias ambientales y gobiernos. También permiten detectar eventos extremos y analizar tendencias a largo plazo.
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