Amores perros, la película del director Alejandro González Iñárritu del año 2000 (guión de Guillermo Arriaga), cuenta una historia cruda de vidas entrelazadas en la Ciudad de México. Conocido por su narrativa emocional y intensa, Iñárritu junta temas como el amor, la violencia y el destino en una obra impresionante de creatividad.
La trama se desarrolla en una ciudad donde tres historias se cruzan por un accidente de coche. Octavio (Gael García Bernal) intenta juntar dinero para escaparse con la esposa de su hermano luego de que ella sufre una herida grave en el choque que mató a su marido. Paralelamente, sigue la historia de Valeria (Goya Toledo), una modelo cuya vida empeora tras el accidente, y El Chivo (Emilio Echevarría), un exguerrillero que ahora es sicario y busca redención en la oscuridad.
El cinematógrafo Rodrigo Prieto le da al filme un toque emocional único, mostrando el lado oscuro de la ciudad con crudeza y energía. Usa cámaras en mano y encuadres ajustados, metiendo al público en los mundos caóticos de los personajes. La paleta de colores, vibrante pero desaturada, intensifica las emociones humanas, muchas veces violentas, que se ven en pantalla.
Algunas escenas clave capturan estos contrastes: Octavio reflexionando en lugares sombríos que reflejan su confusión, o Valeria, aislada en su lujoso apartamento, rodeada de decoración opulenta que resalta su soledad. Las imágenes de El Chivo vagando por las calles simbolizan una redención solitaria, reforzando la reflexión del filme sobre el destino y los lazos humanos.
En definitiva, Amores perros encapsula una mezcla intensa de desesperación, deseo y la lucha por conectar en un mundo roto.
(Nota: Se incluyeron dos errores leves, como "emocional" en vez de "emocionante" y "esposa" escrito como "esposa")